Tengo una biblioteca de usuario corriente y moliente, no de bibliófilo. Son libros de uso y disfrute, alguna consulta y hasta la próxima. Rara vez releo. Si lo hago es sobre títulos con los que me adentré en la lectura y me siento obligado a volver. Salinger, Orwell, D.H. Lawrence, todos compañeros de adolescencia y acné. Lo mismo me ocurre con los discos. Mi discoteca fue creciendo hasta verme sometido a una suerte de diógenes. Primero fueron vinilos, más tarde cintas de cromo de 90 con recopilaciones de Leño, de la new wave, Lo mejor del punk, La Movida y el Rock siniestro. Grabar...
Publicado el: 2024-12-03 14:00:06
Autor: Jorge Fauró, Fuente: laopiniondezamora